
Uno de los espectáculos más impresionantes que encontramos en los parques temáticos es el Templo del Fuego, situado en la zona de México de PortAventura. Ya en la zona de colas encontramos una magnífica tematización que nos introduce en una excavación arqueológica: el reciente hallazgo del Templo del Fuego, uno de los principales templos de la cultura azteca. Nos han permitido visitar la excavación, un sobrio edificio que, sin embargo, guarda muchas sorpresas en su interior.
En el guion original, la expedición estaba guiada por la arqueóloga Carmen Cadena, una experta en la cultura azteca que había conseguido descifrar los extraños jeroglíficos:
"Desde la Cámara de los Misterios
atravesando el Portal del Temor
hasta llegar a la Cámara Real
donde se haya un incomparable tesoro..."


Xiuhtecuhtli
Según la mitología azteca, Xiuhtecuhtli era el dios del fuego, Señor de la Turquesa, del año, del día y creador de vida. Se le representaba como un hombre anciano sentado, con los brazos cruzados, con la cara amarilla o roja y un brasero sobre la cabeza. Llamado Señor de la Turquesa, era la deidad del día y el calor, señor de los volcanes y la personificación de la vida después de la muerte. También era el patrono de los emperadores, y uno de los dioses guía de la clase mercantilista azteca. En este sentido, era representado con una corona y mosaicos hechos de turquesa, como una mariposa en el pecho. Su animal sagrado era Xiuhcoatl, la Serpiente de Fuego.
En los templos a él dedicados se
mantenía encendido un fuego sagrado en conmemoración por el don del fuego. En
cada comida, el primer bocado era arrojado en la fogata.
Los aztecas creían que cada 52 años terminaba
un ciclo y los dioses podían poner fin a su alianza con los humanos, por lo que,
al término de cada ciclo, tenía lugar la Ceremonia del Fuego Nuevo, en la que
se sacrificaban seres humanos (esclavos o capturados en combate) a los que se
les arrancaba el corazón para luego lanzarlos al brasero de Xiuhtecuhtli.